Representación simbólica
La representación simbólica es la forma como una sociedad, a través de diversos elementos, se identifica a sí misma y los exhibe al resto de las comunidades como estandarte de sus valores, sentimientos, objetivos comunes y sueños trascendentes.
Son conceptos con fuertes contenidos de carácter histórico, tradicional, cultural o de gesta patriótica, que se representan, entre otras, a través de obras, monumentos, estatuas y espacios públicos con valor referencial
En ese orden de ideas podemos apreciar que:
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La República Argentina es uno de los doce países fundadores del Tratado Antártico
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La República Argentina tuvo la primera base “permanente” en la Antártida (Orcadas) cuarenta años antes que cualquier otro país del mundo.
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La República Argentina fue el primer país del mundo en tener un rompehielos operando en aguas antárticas (Rompehielos General San Martín)
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La República Argentina ha desarrollado y desarrolla una actividad permanente e ininterrumpida en la Antártida y contribuye activamente con los valores del Tratado Antártico.
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Ushuaia es la Capital de una provincia que se denomina taxativamente “Antártida” e Islas del Atlántico Sur.
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Pese a ello, salvo muy modestas y meritorias expresiones, no hemos desplegado la más mínima representación simbólica, ni mucho menos un desarrollo fáctico, proporcional al extraordinario valor de situación en escala económica, geopolítica o geoestratégica que posee la provincia en relación al continente blanco.
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Por otra parte, los cientos de miles de turistas que visitan Ushuaia anualmente no encuentran símbolos claros y contundentes que representen el sentimiento de pertenencia, contexto e íntima familiaridad que la ciudad tiene con respecto a uno de los espacios más extraordinarios del planeta.
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La privilegiada ubicación geográfica de Tierra del Fuego posiciona naturalmente a Ushuaia como un enclave altamente estratégico para el acceso a la Antártida y al Atlántico Sur, tanto para operaciones nacionales como internacionales.
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Este privilegio brinda a la provincia la extraordinaria posibilidad de constituirse en un enclave logístico multimodal de gran versatilidad para basar las incursiones a nuestro espacio de influencia circumpolar.
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Pese a estar en la posición relativa más privilegiada del mundo en relación al área de mayor actividad internacional de la Antártida, salvo en turismo marítimo (no aéreo) no hemos sabido aprovechar tales ventajas, por lo que quedamos absolutamente rezagados en cuanto al aprovechamiento socioeconómico y geopolítico que han desarrollado otras puertas de entrada de Oceanía (Christchurch y Hobart) y perdiendo totalmente el tren en relación a nuestro cuadrante antártico.
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La provincia de Tierra del Fuego no puede darse el lujo de ignorar, desatender o despreciar semejante fortaleza, por lo que está obligada a desarrollar la infraestructura y las políticas necesarias para transformar tales ventajas comparativas en ventajas competitivas.
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Ninguna sociedad en la historia ha logrado resultados trascendentes en base a la disociación de esfuerzos y la nuestra no va a ser la excepción.
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De tal forma que la única manera de revertir el inconveniente déficit de conocimiento y valoración del potencial circumpolar de nuestra sociedad, así como la irrelevante participación de Tierra del Fuego en la actividad logística y científica tanto nacional como internacional que se desarrolla en nuestro cuadrante antártico de influencia, es mediante una acción inteligente, mancomunada y sinérgica.
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Por ello que surge necesario articular las mejores capacidades de los recursos geográficos, físicos, institucionales, políticos, jurídicos, científicos, académicos, materiales, logísticos, profesionales, humanos y presupuestarios, del orden provincial, municipal, así como de organizaciones concurrentes, a fin de contribuir eficientemente al objetivo de consolidar a la Tierra del Fuego argentina como conexión óptima entre la Antártida y el mundo.